
No puedo negar el nervio, y porque no decirlo, miedo tener por primera vez la posibilidad de conocer, tratar y conversar con el escritor colombiano-no costeño- que más admiro, junto a Fernando Vallejo.
Fue indescriptible tenerlo de frente. Saludar el autor de Hotel Pekín, el síndrome de Ulises y necrópolis fue recordar la imponencia de sus letras y su estilo singular; que es lo que me enamoro de sus libros.
No sabía por dónde comenzar la corta conversación que sostuve con él. Así que se vino a la cabeza un artículo que leí de periodista barranquillero que expreso que el realismo mágico de otrora se diluía en las enredaderas y olvido de la historia. Manteniendo una elegancia y respeto por los escritores colombianos me respondió “que existe un mundo de escritores, muy diferentes entre sí, con características particulares, vivencia únicas. Gabriel García Marqués es la cúspide de la literatura colombiana, siguiendo con Fernando Vallejo, pero sin duda cada escritor es importante en lo que hace, y la diversidad es necesaria para la literatura”.
Con una actitud de hombre serio, pero accesible y sencillo, seguí la conversación con el mismo nervio que la había iniciado, la verdad no me esperaba poder intercambiar palabras con él, aunque mi objetivo primario era conocerlo.
Me interese entonces en saber su postura sobre un tema relacionado con la literatura. Después de haber leído el ensayo titulado Reglas para el Parque Humano. Respuesta a Martin Heidegger por el humanismo. Escrito por el filósofo alemán Peter Sloterdijk, en el cual expresa que la idea que “leer educa” ha fracasado y propone que Leer no Educa, pero Escribir Educa. Quería saber su pensamiento ante esta afirmación. Su respuesta fue contundente “Me parece una completa tontería”, agrego además, sin saber el contexto en que se genera tal afirmación, me parece una estupidez decir que leer no educa, pues es la lectura la base en realización literaria, pues sin ella la escritura es un imposible, sin duda es una tontería”.
Gamboa es un escritor de la era de Héctor Abad, no es joven, sin embargo es un símbolo para la nueva generación de nuevos lectores del país y de Latinoamérica.
Dentro de la corta parrafa que sostuvimos Santiago y mi persona, comento que no es necesario complementar la literatura con otras ciencias como la antropología, la filosofía o la sociología. El bogotano expreso “que los sociólogos y antropólogos no son buenos escritores de ficción, sin embargo tener conocimientos de estas ciencias es favorable para un libre desarrollo de cada escrito que se quiera”.
Es difícil construir formas de conversación con una persona tan ilustrada y sobretodo con el nervio que ya tenía. No obstante, la atención prestada por Santiago es algo notable.
Al final de la charla complemento que la literatura colombiana y Latinoamericana sigue siendo de las preferidas en el mundo y a medida que pase el tiempo surgirán nuevas formas de literatura y creación social.
Fotografía: Luis Fernando Malagón
http://malditaseamivida.blogspot.com
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