jueves, 9 de junio de 2011

ANALISIS POLÍTICO DE LOS PARTIDOS COLOMBIANOS: DE POLÍTICA A HIPERPOLÍTICA.



La historia política de Colombia, desde un punto de vista partidista, ha entrado en una especie de apocalipsis democrática, en la que el ciudadano no sabe y mucho menos deduce que defiende los partidos políticos desde el punto de vista social, ideológico, cultural, económico como pensamiento experimental contemporáneo.

La democracia en el país ha fracasado como todos los intentos de superación y mejoramiento durante los últimos 30 años. Es una democracia fragmentada, carente de un grueso académico, franqueable y al tiempo insostenible, sucia, vetusta y sin un porvenir claro. Mandatarios como Samper, Pastrana y Uribe han sido el sustento por el cual ha mostrado su verdadera cara: el rostro del fracaso. Esta ideología ya no se vislumbra como la salvación de la nación, pues es huérfana de una verdadera política que incluya derechos civiles no sólo de los colombianos, sino también de los entornos en que se desenvuelve todos los habitantes de este país; es decir, hay que crear derechos civiles de los ecosistemas, de los animales, de la cultura, de la tecnología y de las máquinas. Esto, para que exista una verdadera democracia inclusiva, en la que todas las esferas sociales converjan en un verdadero sentido político, que es cuidar el interés de lo público.

Después de lo sucedido en 1948 con la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, que posteriormente originó en la mayor sublevación conocida en el país -la cual no terminó nada, pues Colombia es un terreno indómito en ideologías políticas- esa mal llamada revolución del Bogotazo, instituyó la política del caos, de lo ilegal, de la corrupción, de la pobreza, de la violencia, de las chuzadas, de la frivolidad, del olvido y del desprecio. Y es así como hemos logrado estructurar un país cada vez más destruido en su alma y espíritu territorial. En el que lo más vergonzoso es ser colombiano, sobre todo en los jóvenes, quienes se creen la salvaguarda de Colombia y no saben que el sin-porvenir de la nación son ellos mismos, ya que no tienen la menor idea de lo que es construir nación ni un verdadero conocimiento de los cambios políticos que merece el país.
Las permutaciones políticas del país tienen que surgir de una nueva reforma de organización, social, cultural y económica que asegure la igual distribución del poder entre los ciudadanos en todos los niveles (político, económico, social y cultural). Pero esto no tiene que consistir en una repartición igualitaria de las riquezas, pues dicha premisa ha fracasado totalmente, sino que el estado debe brindar las oportunidades para que los pobladores ejerzan sus capacidades con la libertad institucional legalmente decidida.

Ahora bien, esta nueva reforma de la democracia, dentro de los partidos, debe comprender al hombre como un ser extinguido; como muy bien lo diría Foucault “El Hombre ha Muerto” y la política colombiana se construye en las complejidades de los sistemas de entorno y los ecosistemas de vida. O mejor, por esferas sociales, las cuales están compuestas por micro-esferas y macro-esferas socio-políticas. Takis Fotopoulos dice que así es que “la democracia entre en el campo social, que supone la creación de instituciones de autogestión en las fábricas, oficinas y lugares generales de producción, así como en instituciones educativas y culturales (medios de comunicación, arte, etc.). Los consejos de trabajadores, consejos de estudiantes y demás, obtienen la autogestión de los lugares de producción y de los centros educativos, guiados por los objetivos generales fijados por las asambleas ciudadanas, así como por las preferencias de los ciudadanos como productores pero también como consumidores”.

Por otro lado, los partidos políticos, elaborados sobre el axioma ético-religioso de la honestidad son ilusorios. Sería bueno que se olvidaran de eso, es un albur, una fantasía, que hace parte de un collage de imposibles posturas humanistas. A esta nueva visión de los partidos en Colombia le corresponde ver sus objetivos de acción social dentro de lo éticamente correcto, lo políticamente correcto y lo dignamente correcto.

En consecuencia, más que política partidista se debería hablar de partidos hiperpolíticos, es decir, hacer una mixtura entre antropología, ontología, estética y politología– que intente dar cuenta del hombre como fracaso biológico a través del relato evolutivo del hombre como deriva biotécnica y biotecnológica . En la que también la pobreza es el resultado no de la condición humana, sino de una decepción del estado como reflejo de la verdad, la razón y la libertad, parafraseando a Hegel. El país se tiene que observar como un comodín vacío de contenido que se ha ido desinflando hasta quedar en un flactus vocis. La nueva ideología política se contextualiza en una estética emanada del habitus. Entonces, se entiende que no existen las masas sino formas de ver a los demás como masas.

Los partidos actuales no son entes de entendimiento del pueblo colombiano, cada vez se alejan más de las realidades de la nación. A pesar que algunos se muestren como los redentores (Polo Democrático Alternativo y Partido Verde) finalizan siendo una burla circense a la democracia y deficientes apologías de los partidos Conservador y Liberal, también arruinados e inútiles.

La nueva reforma política del país, desde los partidos, se enmarcarían en una reintegración con la naturaleza. Esto significa que el objetivo de la actividad económica ya no será el actual “desarrollo” eco-catástrofico que es necesario por las exigencias de competencia y lucro, sino la satisfacción de las necesidades de todos los ciudadanos de manera que se consiga una verdadera calidad de vida que sólo una armoniosa relación entre la sociedad y la naturaleza puede garantizar(Fotopoulos) .

Los partidos Hiperpolíticos son el modo por el cual se transformaría la manera de ver la democracia, pues se identificarían mucho más con los intereses de las esferas socio-económicas y las esferas socio-culturales, que están incluidas en la esfera política. Esto exige una nueva hermenéutica expresada en una configuración Post-humana, que quiere decir desde su marginalidad y escasez.

En palabras de el filosofo Peter Sloterdijk, la hiperpolítica “no remite ni a la superioridad de la política (pensada bajo el concepto de hegemonía), ni a la fortaleza de las leyes e instituciones: ella es la creación colectiva de nuevos lenguajes sobre la comunidad, la invención permanente de nuevas palabras; ella es pues un hipertexto donde se re-escribe el habitar-en-el mundo”.

domingo, 1 de mayo de 2011

Cuerpos sin órganos y masoquismo

Texto original de Ramón Castillo.
Jairo Gutiérrez Bossa
jgbossa@gmail.com



Artaud le declara la guerra a los órganos. Deleuze y Guattari despliegan sus máquinas de guerra contra la organización, el organismo, la Unidad. Un Cuerpo sin órganos no está vacío, muy al contrario, es un Cuerpo lleno sin órganos, es un complejo indiferenciado donde las máquinas deseantes producen producción de deseo, pues ‘el deseo hace fluir, fluye y corta’12, por eso el Cuerpo sin órganos es abierto, bifurcado, rizomático. Es pues, dice Deleuze, como una línea decorativa gótica: ‘quebrada, rota, desviada, vuelta sobre sí, enrollada o bien prolongada fuera de sus límites naturales’. El Cuerpo sin órganos es un plan o plano consistente fruto de multiplicidades que establecen y rompen sus conexiones constantemente, de manera que nunca se estratifica sino que se cuadricula de tal manera que los puntos disyuntivos tejen una gran red de nuevas síntesis. No hay órganos determinados que funcionen de maneras especificas y que dicten en definitiva cómo ha de comportarse el todo, es decir, el organismo; pero sí hay estratificaciones, codificaciones, coagulaciones, acumulaciones, sedimentaciones, en fin, una gama de jerarquías organizativas y dominantes, o como dice Foucault: ‘ascetas políticos, militantes morosos, terroristas de la teoría, […] burócratas de la revolución, funcionarios de la verdad […] lastimosos técnicos del decir (incluidos semiólogos y psicoanalistas)’, etc. A esta organización se opone el Cuerpo sin órganos, en él encontramos series de conexiones disyuntivas, hay desordenes intelectuales, perceptuales, amorosos, pasionales, perversos, límpidos, etílicos, musicales, literarios, en síntesis, hay líneas de fuga, puertas de escape, grandes aberturas territoriales. Porque en última instancia, todo se trata de huir, se huye, así lo dice uno de los niños peregrinos de la obra de Andrzejewski: ‘he huido, porque más que la seguridad de la posesión me atrae la incertidumbre de la búsqueda, ayer, anteayer, hoy y siempre me han tentado y siguen tentándome las inmensidades ignotas del tiempo y del espacio que ante mí pueden abrirse, que ante mí, a veces, se abren, atraen y apremian impacientemente, porque pueden contenerlo todo y encerrarlo todo’.



En definitiva, observamos el flujo de lo que no se puede apresar, el CsO se asemeja a los moribundos yonquis de Burroughs, a una terrible descomposición de sus cuerpos, de la sustancia que en ese momento se vuelve resbaladiza, pegajosa, carente de forma humana. Un Cuerpo sin órganos es, en última instancia, desterritorialización. Pero cuidado, nos dicen Guattari y Deleuze, si se desestratifica demasiado rápido o salvajemente, terminaremos por matarnos a nosotros mismo: ‘lo peor no es quedar estratificado –organizado, significado, sujeto- sino precipitar los estratos en un desmoronamiento suicida o demente…’. Por que el Cuerpo sin órganos no es, no quisiéramos que fuera un cuerpo muerto, lo que se busca es una acción liberada del ideal de una organización. La organización sería la “correcta” forma de ser, la identidad con el “tú debes” kantiano en oposición al “yo quiero” nietzscheano, es la sentencia reichiana del culto al orgasmo, la literatura que proclama al Estado, el psicoanálisis que neurotiza y edipiza todo lo que toca, la filosofía de academia que se cuenta jactanciosa a sí misma su propia historia, la ley de la carencia y el inconsciente significante, en resumen, todo intento de micro fascismo.
El Cuerpo sin órganos es ‘un cuerpo desorganizado, una inmensa piel fría o caliente que desplaza consigo unos afectos y unas intensidades más o menos ardientes, una vasta célula nómada en la que hormiguean unas poblaciones de rojeces, de frotes, de caricias, de estimulaciones, de poros abiertos, de epidermis exasperadas’, es la construcción de asignificantes, es decir, intensidades que recorren transversalmente el plano de consistencia, cartografiando nuevos espacios tendiendo conexiones entre las máquinas y sus flujos deseantes, proclamando la multiplicidad del inconsciente al renunciar a una interpretación dictatorial y buscar ante todo ‘la producción del inconsciente’ y no su represión.

El masoquismo ha sido mal comprendido, eso ya lo vimos. El problema, apunta Deleuze, es que sigue sin entenderse, por lo menos no se concibe fuera de un discurso en donde encontramos fantasmas, teatro antiguo, mitos, representaciones, significantes, castraciones, incestos, papá-mamá, etc.



Por esto mismo el psicoanálisis lo entiende en términos de ‘fantasma’, y a este hay que interpretarlo, se lee como un matema, en donde el sujeto está barrado, por principio ya se carece de algo, y la relación del sujeto no será más que una relación imposible con el objeto de su deseo, el sujeto irá movido siempre a la búsqueda de esta fantasma, anhelando el goce. En cambio, el esquizoanalisis, como lo proponen Deleuze y Guattari, ve en el masoquismo, por el contrario, una tentativa experimental, el masoquismo no ve obstruido el acceso a su goce debido a un fantasma, es decir no necesita del castigo para gozar indirectamente por el sufrimiento infringido, sino por el contrario, hay un ‘gozo inmanente al deseo’, de ahí que se retarde el placer, el congelamiento del ideal masoquista es plenitud de goce, el masoquista no carece de nada, ‘utiliza el sufrimiento como un medio para construir un Cuerpo sin órganos’. Un plan de consistencia donde los términos se han invertido, puro agenciamiento de sí mismo, revolución formal en la cual el deseo desborda toda territorialización previa y abre una cartografía distinta. Para el masoquista el padre no es el que castra simbólicamente sino el expulsado del campo simbólico, él es el azotado en tanto denegado, humillado en tanto forcluido. La triangulación edípica no seria entonces sino una serie de elementos de dominio y control, la estratificación del Nombre-del-padre sobre el sujeto. Es entonces que buscan, tanto Deleuze como Guattari, desedipizar al sujeto a fin de promover la disolución necesaria y constitutiva de una auténtica libertad creativa. El territorio, o uno de los posibles territorios, es la dinámica masoquista, en donde se juega el amplio e infinito deslizamiento hacia la multiplicidad y a través de ella, la virtualidad y su actualización rizomática. Pero no somos ingenuos, el masoquismo tal vez, no es el mejor medio para hacerse un Cuerpo sin órganos, pero es una posibilidad. Lo resaltable en última instancia es concebir máquinas deseantes, que no carecen de nada, es decir, no deseamos por desear, en conclusión, deseamos por que la producción deseante es constitutiva y posibilita nuevos agenciamientos.

lunes, 25 de abril de 2011

Abordaje reflexivo de la música industrial en el aventurar postmoderno y su protagonismo en las expresiones culturales emergentes

Este es mi nuevo articulo en la revista Encuentros "Abordaje reflexivo de la música industrial en el aventurar postmoderno y su protagonismo en las expresiones culturales emergentes". Espero lo lean y critiquen; se admite todo tipo de argumentos.

http://elcomunicador.uac.edu.co/images/acreditacion/publicaciones/revista_encuentro/Revista_16/9_abordaje.pdf

Nuestra Señora del Rosario: entre la cárcel y el colegio.

Jairo Gutiérrez Bossa
jgbossa@gmail.com



Algunos platónicos posmodernos dicen que “los colegios son prisiones donde se cría y se domestica por medio del saber”. Para muchos críticos teóricos esta afirmación es una reverenda estupidez. Sin embargo, a veces las realidades históricas crean relaciones simbólicas que terminan determinando formas de ver este mundo; como el caso del Colegio Nuestra Señora del Rosario.

Una institución educativa, que para muchos es un simple sitio donde asisten jóvenes y niños a instruirse, es en realidad un claustro con una historia profunda, misteriosa y en gran medida desconocida.

En la calle 43 No. 46-98 donde queda actualmente, hace más de sesenta años quedo una de las prisiones de máxima seguridad más importantes de la Región Caribe, la ya olvidada cárcel de Obando.

Este reclusorio fue construido en 1930, albergó a miles de presidiarios de toda índole, calaña y locura. Pero sin duda esta cárcel se hizo famosa gracias a que en sus laberínticos pasillos estuvo el reconocido asesino y delincuente francés Henry Chariere, conocido por su alias de “Papillon”; uno de los prófugos más buscados por Scotland Yard, quien se escapó de todas las calabozos en las que estuvo y que además salió siendo escritor. Pero a pesar de toda su fama y potencial para liberarse de los grilletes de los reclusorios, fue en Barranquilla donde sus habilidades flaquearon y de donde nunca pudo huir.

La cárcel fue cerrada y en ellas se fueron las historias, los gritos y los secretos de cuatrocientos presos y cien vigilantes. Una cárcel que fue organizada como cualquier prisión de Europa comento el historiador e investigador Helkin Núñez, agregando que la prisión se caracterizaba por no solamente recluir criminales, sino también dementes y personas con problemas psicológicos graves, es decir que entre sus paredes quedan guardados los sueños y pesadillas de almas que vivieron en lo que se podría considerar el averno obscuro de Hades.



En este sitio de mazmorras y halo de maldad se creo la Institución Distrital Educativa Nuestra Señora del Rosario, que con su construcción republicana, los barrotes en las aulas de clases, los pasillos densos y angostos mantienen esa atmósfera de excluidos, maldecidos e ignorados, pero ahora ya no son los criminales los que caminan por estos pasadillos de tortura, sino niños que desean construir un futuro de sueños y triunfos en el mismo suelo donde a muchos esas fantasías se diluyeron en el ostracismo que es la inmundicia de ser signado y anatematizado como apestosos seres del pasado.

En estos espacios se educa, se endereza y reubica a los estudiantes, de la misma manera que los antiguos presos eran trabajados. Los primeros sobre el saber, la disciplina y el deber ser con el mundo, y los segundos sobre la separación, la tortura y el olvido.

Por esta razón la rectora del colegio Ilva Escalante expresa que “a la institución no le interesa recordar el tema de la cárcel y Papillon, ya que sería como hacerle un homenaje a todos los asesinos, ladrones y violadores que estuvieron entre las rejas. La idea es mostrar lo bueno del ser humano haciéndole homenajes a nuestros próceres y no a fantasmas que nadie quiere recordar”.



Por esta razón la rectora del colegio Ilva Escalante expresa que “a la institución no le interesa recordar el tema de la cárcel y Papillon, ya que sería como hacerle un homenaje a todos los asesinos, ladrones y violadores que estuvieron entre las rejas. La idea es mostrar lo bueno del ser humano haciéndole homenajes a nuestros próceres y no a fantasmas que nadie quiere recordar”.

La historia infortunadamente no se olvida y siempre termina diciendo presente, y la Rectora con rostro fruncido, con una mirada pesada y decepcionada acepta que “la idea de colocar el colegio en este lugar no fue con propósito de redimir y limpiar la historia de lo que pasó aquí, básicamente se utilizó un espacio y ya, por eso considero que nunca nos separaremos del revoquete de Papillon y la prisión de Obando”

Sin parecer exagerado, eso se representa en los rincones del colegio. Los niños parecen intentar escapar del salón de clases por lo barrotes, pegados a los hierros oxidados, con sus miradas perdidas en la profundidad del cielo, uno encima del otro como si estuvieran en una pequeña caja de fósforos. Pero ahí están esas varillas diciéndoles en silencio que están sometidos en cuerpo y alma a las clases, al saber, a las ideas y al conocimiento. De la misma forma esos candados seriales y verticales les pudo haber dicho a esos delincuentes que estarían encerrados para siempre, vigilados, fiscalizados, discriminados y recordados en el vacío abismal del tiempo.
Al parecer la cárcel de Obando y la Institución Nuestra señora del Rosario parecen interrelacionados por una historia de domesticación y de crianza, de manejar al sujeto como un ser que tiene que ser humanizado bajo el control de la subjetividad de los detenidos y de los estudiantes. Es extraño, pero la pedagogía es como una forma de encarcelamiento a partir de una educación implantada, pues para todo niño el colegio es ante todo una forma punitiva de control sobre sus actos; y así se ven entre los caminos imperceptibles de la antigua guarnición Obando, parecidos a los autómatas que tienen que respetar la fila, la hora de almuerzo, el recreo, los horarios de las clases y específicamente a sus profesores, que en este caso serían una especie de guardianes carcelarios.

El colegio quiere escapar a esos relatos, pero es difícil no proyectar en los estudiantes a esos criminales de otrora, no por esencia, sino por accidente. En esa misma construcción donde caminaron los individuos más despreciables de la ciudad, juegan y gritan los ciudadanos del mañana; sobre esos barrotes donde se enganchan los alumnos a esperar a que hora suena el timbre para poder ir recreo, estuvieron asesinos, violadores y ladrones ante la ansiedad de poder encontrarse con la libertad. Y la virgen de nuestra señora del rosario a la que le rezan los hombres y mujeres, niños y niñas, padres y madres, que se encuentra al lado izquierdo de la entrada principal de la 43, también le oraron los inhumanos seres irrecordables en la capilla de la cárcel de Obando hace más de 75 años.



Sin embargo, escapar de la historia es imposible, pues lo único que puede construir una verdadera cuidad es volver sobre el pasado, así que se hace imperioso rescatar estas mazmorras por la construcción de una identidad histórica válida.
El investigador Diego Salcedo dice que “en los actuales planes de reconstrucción de espacios de la ciudad de Barranquilla se debe incluir la restauración de la cárcel de Obando, pues ésta tiene un valor histórico-arquitectónico importantísimo para la comunidad costeña y, sobre todo, para las generaciones futuras”.

Por otro lado, Ilvia Escalante, Rectora del institución, expresó que “hace dos años se le pasó una carta a EDUBAR comentándoles la situación del colegio, pues se está cayendo a pedacitos, y que ante el valor arquitectónico del espacio que estamos ocupando sería bueno que nos incluyeran en el plan de presupuestos educativos. Pero la respuesta fue que no había dinero para meterle al colegio y menos a unas mazmorras”.

Afortunadamente, para el Instituto Distrital Educativa Nuestra Señora del Rosario, el Alcalde Alejandro Char otorgó un dinero para la recuperación del colegio respetando la morfología de la edificación y dentro los planes esta la restauración de los calabozos subterráneos que después de 60 años de haber cerrado sus puertas por cuarta vez se abrió para iniciar los trabajos de restablecimiento arquitectónico.

A pesar de todas las aventuras que se vieron y se vivieron en estas celdas oprobiosas, el entorno carcelario aun se percibe, ese aire febril de sometimiento se palpa vestido de estudiante.

El Colegio y la cárcel son formas diferentes de acción, de visión y misión, pero las dos son formas perfectas de disciplinarización del ser humano, el colegio por medio del conocimiento, la cárcel por medio del sometimiento del alma y el cuerpo, la vigilancia y autovigilancia, la discriminación y el castigo. Aunque no son en sustancia lo mismo, estos dos espacios funcionan, como dice Platón para “domesticar y criar “; y en el Nuestra Señora del Rosario tiene todavía ese ambiente informal de acatamiento y rendición.

domingo, 20 de febrero de 2011

CHARLA ENTRE EL SILENCIO CON PHILLIP BISOT


Entrevista de Jairo Gutiérrez Bossa a Phillip Bisot.

JG ¿Cómo nace este amor por la pantomima, por esta actividad?

PB. No es una actividad es mi vida, es completamente diferente. Nació como nacen las historias de amor, por casualidad fui a ver a Marcel Marceau actuar, yo tenía ocho años y desde ese momento me pareció la pantomima como una evidencia, era mi arte, mi música, mi silencio era mi fuerza y nunca he dejado de pensar desde ese momento este arte y yo tenía algo bien especial, cuando Marceau actuaba yo veía las cosas invisibles y cuando jugaba con mis amigos chicos me decían que cuando yo actuaba ellos podían ver las cosas invisibles. Yo tenía un poco de miedo, pues sentía el peso de las cosas, yo veía los colores, los perfumes y sentí que este arte seria la fe de mi vida.

En ese momento, en Francia un gran maestro, que yo quiero mucho, se llama Jean-Louis Barrault, que ya falleció, y que admiraba más que Marcel Marceau. Él fue verme y me dijo “mañana actúas para mí”. A los 10 minutos me dijo ya eres maestro, no necesitas más escuela, vete a actuar. A los 15 días después me dijo “El más grande festival de pantomima en París, tienes que inscribirte”, un mes después me he ganado el premio mundial de pantomima. El galardón era una gira por los Estados Unidos y Canadá. Eso fue hace 30 años y desde ese momento no he parado.

JG. Desde que se supo de la llegada de usted a ciudad de Barranquilla y para muchos la propuesta que presenta es parecida a la de Marcel Marceau. ¿En que radica la diferencia entre la propuesta de Marceau y la de Bizot?

PB. Marceau privilegiaba la técnica y yo estoy buscando desde el principio la estructurada más fina, la más suave, la más elegante, sin apoyarme en la técnica; la técnica la tengo pero no la muestro. Yo prefiero lo emocional, lo más cercano a la audiencia. Esa es la diferencia.



JG. ¿Cómo ha hecho usted para complementar esta práctica, que temas toma de la realidad, de la literatura, la filosofía para reforzar el espectáculo?
PB. Soy un hombre de escritura, me encanta escribir, cuando pienso en número lo escribo y después lo pinto, y después lo corto, como una imagen, las tomo y las presento en el escenario.

Yo tengo la suerte de viajar mucho, cada semana conozco una cultura diferente; yo soy un robador de imágenes. Cuando veo algo que me interese mucho, me acerco y lo tomo. Además de actuar soy pedagogo. Trabajo con chicos ciegos, sordos, autistas y siempre me invento una casualidad diferente para ellos, gracias a todas esas búsquedas se ven siempre en el escenario.

JG. Un filósofo alemán Martin Heidegger en escrito muy bonito expresa que el valor del silencio es fundante, permite la creación. ¿Para usted que significa esta afirmación del germano?

PB. Es magnifica, para mí el silencio es la palabra más suave de comunicación, es la comunicación internacional, mundial. El silencio es lo que queda del lenguaje que no quiere decir más; es el lenguaje que tengo con los chicos que van a morir en los hospitales. El silencio es el lugar de la comunión y de la memoria.




JG. Es decir que la palabra no manifiesta lo que tiene que ser manifestado y los gestos si lo hacen.

PB. Claro, con las palabras puedes decir tantas mentiras con el silencio no. Cuando eres sincero con la persona no necesitas hablar. Si empiezas hablar cosas más o menos justas, ambigüedades, con el gesto no.

JG. ¿Cómo ve la actualidad de la pantomima en los jóvenes en el mundo?

PB. Marceau ha encerrado toda la pantomima alrededor de su nombre, fue su más grande error y ha dado nacimiento a una cantidad de actores de pantomima de segunda actitud, que poseían limitaciones porque no tenían su talento y fue una pena grande para mi arte. Hoy he visto una cantidad de actores feos, que dan una mala imagen de la pantomima.

Ayer estaba con una chica que me dijo que me dan miedo los mimos, yo le dije que el verdadero arte de la pantomima es de dulzura, cariño. Después me dijo que los mimos de la calle son agresivos, yo le conteste que si claro, pues no tiene cosas lindas que decir, no tiene la técnica, son impulsivos. Ese fue el error de Marcel Marceau y mi misión es mejorar este arte. Actualmente soy director de la primera compañía de pantomima de China.

JG. Mañana va hacer su presentación en el escenario del Amira de la Rosa. Sera que podrá adelantarnos algo de su espectáculo de mañana.

PB. Mañana voy actuar que presento en la gira mundial que se llama 30 años de silencio. Mañana es muy particular porque en medio de la obra me harán una entrevista sobre mi trabajo, por eso voy a cortar el programa. Pero mi trabajo será sobre mi memoria personal y colectiva.




JG. ¿Desde su perspectiva que opinión se merece este festival?

PB. Fue impresionante para mí, no sabía que estaba a este nivel. Cuando vi la programación me sentí orgulloso de estar al lado de estos artistas del mundo. He visto cosas fabulosas, cosas que no me han hablado mucho, porque no es mi fuerte. Me siento muy bien en este festival.

Me he puesto a leer bien el programa del festival pasado y tiene una riqueza increíble. Lo que da una confianza genial es ver las largas filas de personas que esperan ver las obras. Estoy muy feliz en este festival.

sábado, 19 de febrero de 2011

¿QUIEN DIJO QUE PIERO NO ERA DE NUESTRA GENERACIÓN?


Piero es una de las figuras más rutilantes de la música latinoamericana, especialmente en la generación de los abuelos y mucho de nosotros ni siquiera crecimos con su obra sonora.

Sin embargo, en la noche de ayer viernes, la generación de los noventa asistió en gran masa a la presentación de Piero como parte de la quinta edición del Carnaval de las Artes.


Fue sorprenderte ver a muchos jóvenes cantando a todo pulmón las canciones de esta figura argentina. Las lirica de Piero paso por temas diversos: Mi viejo, llegando-llegaste, los americanos, De vez en cuando viene bien dormir, hicieron el deleito de los jóvenes asistentes que sólo lo reconocían por el álbum de música para niños.
Roxana González, una de los muchachos espectadores que llegaron al teatro municipal Amira de la Rosa ubicados a las afueras, pues en el interior del teatro el cupo estaba completo. “Ella comento que vino a ver a Piero por la razón que cuando niña sus padres para dormirla le colocaban el álbum Sinfonía inconclusa en el mar”; un maravilloso álbum de temas para niños, el cual se encuentra también en la musicoteca que se encuentra en mi habitación con obras de Wagner, Kilimanjaro Darkjazz, ente otros.


Ahora me pregunto quién dijo que Piero no era de nuestra generación, que es de la época de nuestros abuelos.

Les digo algo a aquellos que piensan así: Piero sobrepaso los límites de tales afirmaciones, él no es un artista de generaciones o épocas, sino un artista de toda la vida, de una eternidad espiritual, que conquista a viejos y jóvenes, negros y blancos, mujeres y hombres, y todo tipo de dualidad, él es un artista para siempre.
Piero eterno, un Piero para siempre.

Juana Bacallao



Fotografía: Luis Fernando Malagón
http://malditaseamivida.blogspot.com