
Por Takis Fotopoulos
Traducción.
I. La causa fundamental de la actual crisis multidimensional (política, económica, social, ecológica, cultural) es la concentración del poder en manos de varias élites, la cual se mantiene y reproduce gracias a la dinámica del sistema de economía de mercado (en su forma actual internacionalizada) y su complemento político, la “democracia” representativa, es decir, el sistema político y económico que emergió en Occidente justo dos siglos atrás.
II. Por lo tanto, la superación de la crisis crónica que comenzó con la emergencia de este sistema, y que se ha agravado en los últimos años con la internacionalización de la economía de mercado, no es posible a través de la reforma del sistema -como es utópicamente sostenido por movimientos civiles, organizaciones y partidos ecologistas, quienes en el análisis final funcionan como sus apologistas. La superación de la crisis solo es posible a partir de la creación de una nueva forma de organización política, social y económica que asegure la igual distribución del poder entre los ciudadanos en todos los niveles (político, económico, social y cultural). La Democracia Inclusiva, por lo tanto, no es simplemente una nueva utopía, sino una nueva forma de organización social cuyas metas consisten en asegurar una distribución igualitaria del poder, a todos los niveles, y consecuentemente la superación final de la crisis multidimensional actual. La meta final es la creación de un Orden Democrático Mundial basado en confederaciones de Democracias Inclusivas, el cual reemplace el orden mundial jerárquico vigente.
III. La Democracia Inclusiva constituye la forma más completa de Democracia ya que ella garantiza las precondiciones institucionales para una democracia política (o directa), una democracia económica, una democracia en el campo social y una democracia ecológica. A nivel subjetivo, la Democracia Inclusiva está basada en la elección consciente de la autonomía por parte de los ciudadanos, y no sobre dogmas, religiones y sistemas irracionales o sistemas teóricos cerrados, que descartan o excluyen cualquier puesta en cuestión acerca de los fundamentos últimos de estas creencias -piedra angular de la democracia.
IV. La democracia política supone la creación de instituciones de democracia directa, de tal manera que todas las decisiones sean tomadas por asambleas demóticas(es decir, asambleas locales de ciudadanos al nivel del demos) que se confederan en el ámbito regional, nacional, y finalmente en el ámbito continental y global mediante delegados, que pueden ser inmediatamente revocados por las asambleas ciudadanas. La función de las asambleas regionales, nacionales y confederales es solo implementar y coordinar las políticas decididas por las asambleas ciudadanas. La democracia política garantiza, por lo tanto, la reintegración de la sociedad con la política y reemplaza al estado como una autoridad separada y por encima de los ciudadanos -una organización que, esencialmente, ha convertido a los ciudadanos en súbditos.
V. La democracia económica supone la creación de instituciones de propiedad colectiva de los recursos productivos (es decir, la fuente de la riqueza social) y un control colectivo sobre estos a través de las asambleas ciudadanas. El sistema de la economía de mercado, que ha llevado a la presente concentración de la riqueza en manos de unos pocos, así como al desempleo, el subempleo, la inseguridad, la degradación de los servicios sociales y la catástrofe ecológica, debería ser reemplazada por nuevas instituciones de control democrático de los medios de producción con el objetivo de cubrir las necesidades básicas de todos los ciudadanos, así como de asegurar la plena libertad de elección individual respecto a cubrir sus necesidades suplementarias, de acuerdo a su elección por trabajo y tiempo libre. Una democracia económica garantiza, por lo tanto, la reintegración de la sociedad con la economía, y reemplaza la economía de mercado-monetaria, la cual divide a los ciudadanos entre los privilegiados, quienes pueden más que cubrir cada una de las necesidades reales o imaginarias que pudieran tener, y los no privilegiados, quienes son incapaces de cubrir aún las necesidades más básicas.
VI. La democracia en el campo social supone la creación de instituciones de autogestión en las fábricas, oficinas y lugares generales de producción, así como en instituciones educativas y culturales (medios de comunicación, arte, etc.). Los consejos de trabajadores, consejos de estudiantes y demás, obtienen la autogestión de los lugares de producción y de los centros educativos, guiados por los objetivos generales fijados por las asambleas ciudadanas, así como por las preferencias de los ciudadanos como productores pero también como consumidores. Un modelo que describe como podría funcionar una democracia económica en general, y específicamente como las decisiones de los ciudadanos como miembros de las asambleas demóticas pueden interrelacionarse con las decisiones de los ciudadanos como miembros de las instituciones de autogestión, se describe en el volumen 3, número 2 de la revista Democracy & Nature, y con más detalle en el libro Hacia una Democracia Inclusiva, capítulo 6 (Nordan, Montevideo, 2002).
VII. La democracia ecológica supone la creación de unas instituciones y de una cultura que logren la reintegración de la sociedad con la naturaleza. Esto significa que el objetivo de la actividad económica ya no será el actual “desarrollo” eco-catástrofico que es necesario por las exigencias de competencia y lucro, sino la satisfacción de las necesidades de todos los ciudadanos de manera que se consiga una verdadera calidad de vida que solo una armoniosa relación entre la sociedad y la naturaleza puede garantizar. La democracia ecológica, por lo tanto, no puede ser lograda dentro del actual sistema de economía de mercado y la consiguiente “economía de crecimiento”, ni dentro de ningún sistema encaminado al crecimiento, como el sistema centralizado del “socialismo realmente existente”.
VIII. La Democracia Inclusiva no es ni el resultado de un despliegue dialéctico de la Naturaleza o la Sociedad determinado por alguna “ley/tendencia” de la evolución natural o social, ni tampoco otra utopía como las que aparecen en el espacio libertario. La Democracia Inclusiva, por lo tanto, es incompatible con cualquier sistema teórico cerrado y por supuesto con cualquier irracionalismo, sea este religioso o no. El proyecto de la Democracia Inclusiva propone la construcción de un movimiento masivo que sea la síntesis así como la superación del movimiento social por la democracia, la autonomía y el socialismo por un lado y los nuevos movimientos sociales por la igualdad en relación al genero, la raza y la etnia por otro.
IX. La transición hacia la Democracia Inclusiva presupone, por lo tanto, la creación de un movimiento masivo a nivel local, regional, nacional, y finalmente a nivel continental y global, con el objetivo de reemplazar el sistema de la economía de mercado y la “democracia” representativa, por instituciones de democracia directa, económica, ecológica y social. Este movimiento interviene en todos los ámbitos (político, económico, social, ecológico y cultural) con la intención de crear nuevas instituciones y culturas. Esta intervención no se manifiesta solo a través de la creación de formas alternativas de vida individual o social (“para dar ejemplo”), la acción directa, o la participación en elecciones locales, sino por la combinación de estas y otras formas similares de acción – con la condición que todas estas actividades sean una parte integral de un programa político global de cambio social radical a favor de la Democracia Inclusiva. La participación en elecciones locales (las únicas elecciones compatibles con las metas de la Democracia Inclusiva) tiene sólo el objetivo de crear unas instituciones y una cultura basadas en la DI a una escala social significativa. El objetivo último es la creación de un poder dual en relación al sistema existente, a través del desarrollo de una conciencia masiva provocada por la lucha contra las instituciones existentes, así como por la lucha por las nuevas instituciones y por el misma creación de estas instituciones. Cuando la mayoría de los ciudadanos haya aceptado los principios de la organización democrática y participe de las nuevas instituciones en masa, ningún poder sobre la Tierra podrá detener el colapso del viejo sistema de concentración de poder en pocas manos – la causa de todos los problemas para la mayor parte de la raza humana.
X. El objetivo intermedio es la construcción de una Red de Ciudadanos para la Democracia Inclusiva que tendrá el propósito de crear una conciencia democrática alternativa, a través de la intervención política así como de actividades culturales, con el fin último de contribuir a la creación de un vasto movimiento político de transición hacia la Democracia Inclusiva. Un primer paso en esta dirección podría ser la creación de grupos de estudio que provean la oportunidad de profundizar el conocimiento de los activistas alrededor de los varios aspectos del proyecto de la Democracia Inclusiva incluyendo el aspecto crucial de las tácticas y estrategias.
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