viernes, 21 de enero de 2011

EL CREPUSCULO DE UNA PATRIA INDIGNA


La muerte de los seres nefasto es de increíble alegría y jolgorio, cómo la de Raúl Reyes, Iván Ríos y ahora ultimo la del demonio hecho hombre Jorge Briceño alias “mono jojoy”. No se puede evitar que dicho suceso cause gran festividad, seria engañarse a uno mismo decir que no es así.

Sin embargo, lo que sucedió con la muerte del histórico “guerrillero” colombiano me llevo a pensar en una situación muy seria después de leer el texto escrito por el filosofo antioqueño Gonzalo Arango llamado Elegía a “Desquite”. “Mono jojoy” merecía morir, es cierto, pero no más que los bandidos que hay el poder.

La historia de Colombia es la novela de un estado que ha fracasado, que ha obligado a muchos de nuestros ciudadanos a tomar los caminos que lo lleven a sobrevivir y dentro de ese trayecto siempre esta la perversión y el destierro de la benevolencia.

Jorge Briceño, es uno de esos ciudadanos que el estado los convirtió en indignos de existir, en seres desechables con incapacidad de respuesta. Él, como otros personajes fueron llevados a la malignidad, era un hombre que empezó a luchar por una idea, no política, no ideológica, no social y menos cultural, su lucha era igual que la de otros, la simple supervivencia.

No pretendo justificar las ominosas actividades de ese bandido, pero preocupa que regrese otro igual –cosa que sucederá- porque él como otros muchos son victimas del olvido, el desprecio y la decepción de un país que les da dulces al vecino y latigazos a sus hijos.

La maldad, la pobreza, la angustia de un pueblo no hace parte de la naturaleza humana, sino que es el resultado de un estado inútil y fracasado como el colombiano que en vez de hacer más digno a sus hijos los mata.

No apoyo las atrocidades de “mono jojoy”, pues el exterminio se lo merecía y considero que fue poco para el castigo que se le tenía que aplicar, no obstante, comprendo su odio a una patria que lo excluyo y lo degrado en su propio espíritu (parte que ya no tenía).

Así mismo, quien me puede negar que hay padres de la patria que se tiene que ganar el mismo trato. Personas que llevan en sus espaldas y su investidura más vidas desaparecidas que las que pudo cargar el “mono jojoy”.

Deseo sobre manera, que ese malhechor donde sea que este, siga pagando sus atrocidades. Pero estoy seguro – como dijo Gonzalo Arango- que no irá al Infierno, pues él ya pagó sus culpas en el infierno sin esperanzas de su patria. Tampoco irá al Cielo porque su ideal de salvación fue inhumano, y descargó sus odios eligiendo las víctimas entre inocentes.

También espero, que junto a él lo acompañen personajes de casta impureza que sin necesidad de un disparo han exterminado a miles de colombianos; son ellos detestables, son ellos poca cosa. Animal maloliente y nauseabundo que se creen ejemplos de pureza y moral, cuando la realidad es que son iguales o peores que “mono jojoy”.

jueves, 20 de enero de 2011

EL PROBLEMA DE VIVIR EN EL MUNDO: LIBRE ALBEDRIO


La noción de Libertad. De Platón a Borges


Existen múltiples problemas filosóficos sin responder y que aún en nuestros tiempos han generado gran interés, como el del libre albedrio. Desde antes de Aristóteles en el año 350 a.C, en la Edad Media San Agustín y Tomas de Aquino, Kant, Nietzsche entre otros se han preocupado por responder este cuestionamiento de ¿cómo ser libres?
Esta anhelada libertad se enmarca en muchos campos de la existencia. Para muchos creyentes la discusión termina en un solo ser, Dios, el simboliza la libertad. Dios de antemano sabe nuestro futuro, dice que decir y que hacer y cómo hacerlo, él es la única respuesta al todo absoluto y todo se rige alrededor de unas leyes inobjetables (Los Diez Mandamientos), lo que hace pensar que pasara mañana según su libre capricho, pues ya ha determinado esas decisiones. En consecuencias, para somos seres determinados y nuestra libertad radica en el libre obedecimiento de las normas que Dios (logos absoluto) ha determinado para nuestro futuro, presente y pasado.
Spinoza escribió "Las decisiones de la mente no son nada salvo deseos, que varían según varias disposiciones puntuales". "No hay en la mente un absoluto libre albedrío, pero la mente es determinada por el desear esto o aquello, por una causa determinada a su vez por otra causa, y ésta a su vez por otra causa, y así hasta el infinito." (Spinoza, 1990). Schopenhauer escribiría también "Todos creen a priori en que son perfectamente libres, aún en sus acciones individuales, y piensan que a cada instante pueden comenzar otro capítulo de su vida.... Pero a posteriori, por la experiencia, se dan cuenta —a su asombro— que no son libres, sino sujetos a la necesidad, su conducta no cambia a pesar de todas las resoluciones y reflexiones que puedan llegar a tener, desde el principio de sus vidas al final de ellas, deben soportar el mismo carácter (Schopenhauer, 2000, Cap. II). Entonces reconocemos una libre albedrío falaz, superfluo, el cual solo existe en nuestros razonamientos, pero que en el mundo empírico todo nuestro actuar está determinado por un fuerza absoluta que es Dios o, como piensa Schopenhauer, que es la voluntad, es decir, un humano puede hacer muy bien lo que él quiere, pero no puede hacer lo que él quiere (Schopenhauer, 2000).
Sin embargo, para Sartre y muchos de los existencialistas contemporáneos, el libre albedrío es la posibilidad de tener capacidad de elección, pues la existencia no es quietista sino de acción, por lo tanto para el existencialismo sólo hay realidad en la acción, el hombre existe en la medida en que se realiza, es el conjunto de sus actos y nada más. Este pensamiento tiene dos caras: por un lado es duro para aquellas personas descontentas con lo que son, para los que no han triunfado en la vida; estas personas pueden engañarse diciendo que en realidad el conjunto de sus actos no muestra su auténtica valía, diciendo que hay en ellos capacidades, talentos o disposiciones desaprovechadas, que el mundo les ha impedido dar de sí todo lo que realmente son. Pero, por otro lado, esta doctrina es optimista pues declara que el destino de cada uno de nosotros está en nuestra mano y nos predispone a la acción, a no vivir de sueños, de esperanzas, a dejar de lado nuestra miseria y realizar nuestro proyecto: el héroe no nace héroe, se hace héroe; si se es cobarde es como consecuencia de una decisión, no porque fisiológicamente o socialmente se esté predispuesto para ello; el cobarde se hace cobarde, pero hay siempre para el cobarde una posibilidad de no ser por más tiempo cobarde, como para el héroe la de dejar de ser héroe (Sartre, 2001). Es la oportunidad de tener una actitud creadora sobre nuestras vidas, no hay nada que nos determine, pues Dios no existe, estamos solos en el mundo y sobre nosotros recae la responsabilidad de vivir y de crear nuestra forma de vida teniendo en cuenta nuestros vínculos con el exterior; la relación sujeto-objeto.
Ahora, somos conscientes de los descubrimientos de nuevas leyes que rigen nuestra realidad, leyes que son confiables que gobiernan el comportamiento de cualquier ente en el mundo. Por lo tanto reconocemos que somos superestructuras complejas, sistemas físicos, arreglos complejos de moléculas físico-químicas que se mueven aleatoriamente en un campo probabilístico del espacio. El cuerpo está regido por diferentes leyes básicas y esenciales que determinan nuestro existir corpóreo, que hacen ver, para muchos empiristas, nuestras decisiones como una gran charada. Pero, ¿es la libertad una cuestión probabilística? O es encontrar un sitio en este mundo para las personas, no como cuerpos sino como personas, es encontrar un sitio para la elección y la responsabilidad e intentar comprender e interpretar la individualidad.

EL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO. EL SUEÑO DE UN DESTIERRO



"Lo que más requiere de pensarse en nuestro tiempo problemático es el hecho de que nosotros no pensamos todavía”; esto pensó Martín Heidegger en sus aportes a la filosofía y lo traigo a colación en este momento en el que Latinoamérica esta en un proceso de encontrase así mismo, de obtener un pensar propio y que se identifique con las necesidades textuales y contextuales de esta parte del continente.

En los últimos años mandatarios como Hugo Chávez de Venezuela, Rafael Correa de Ecuador, Ignacio da Silva de Brasil, entre otros; junto a proyectos de integración como UNASUR y los proyectos inconclusos: MERCOSUR y la COMUNIDAD ANDINA son producto de esta intención marcada de poder construir un pensamiento ajustado que permita la cohesión social y unas políticas ancladas en la realidad del espacio y tiempo en Latinoamérica.

Para el periodista argentino, ya fallecido, Tomas Eloy Martínez “El poder de hoy, a diferencia de la Argentina de hace un siglo, es iletrado. Al mismo tiempo desconfiado, sordo y ciego. Pero hay que comparar un poco”. Esto es ampliable a muchos de los gobiernos de nuestro territorio incluido, ofendiendo un poco a Eloy Martínez, Argentina, que es una de las naciones que paso de un estado positivo de mandato a una presidencia plagada de farándula e ignorancia vulgar y atrevida.

Ahora bien, lo que preocupa es en que bases ideológicas se desprende estas nuevas formas del un pensar natural de estos territorios (Bolivarianismo, Socialismo del Siglo XXI, entre otras ideas extrañas).

Es interesante escuchar el discurso del Presidente Venezolano Hugo Chávez, que hace una extraña mezcla de ideas, entre el Bolivarianismo y el Socialismo. Lo más embarazoso de este fenómeno intelectual es que Simón Bolívar, el libertador, no era socialista y que sus ideales no tenían nada que ver con esta corriente, aunque grandes pensadores digan lo contrario. Bolívar era un producto del pensamiento ilustrado de la Europa del siglo XVIII, siendo, además, un gran amante de las ideas de Rousseau y el Contrato Social. Lo que buscaba Bolívar era sin duda, una América para los americanos, lo dijo en la carta a Jamaica en 1815 “Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria…”.

Por otro lado, el socialismo siglo XXI que profesa a los cuatro vientos el guerrillero frustrado es un completo exabrupto político. El socialismo y el comunismo han fracasado como proyecto de cambio social. El pueblo unido jamás será vencido! dice la proclama, pues les comento algo a todos aquellos que todavía creen en eso; el pueblo ya no es pueblo, no esta unido y fue vencido hace tiempo. El Presidente Hugo Chávez es un ideólogo anacrónico, sus postulados han fenecido y no tienen consistencia con la realidad planteada en Latinoamérica, además que Simón Bolívar y el socialismo son una contradicción lógica e incoherente.

Así mismo, Ecuador, Bolivia y Argentina son lacayos lúgubres de la reencarnación de Bolívar (Chávez). Son mandatarios que les faltan actitudes de verdaderos líderes políticos. Sobretodo a la de Argentina Cristina Elisabet Fernández de Kirchner que parece que andará más pendiente de como se ve en cámara que de saber regir las riendas de su país y según algunos habitantes, de esa prosperidad que tuvo Argentina después de la lastimosa crisis que le toco vivir, no esta quedando nada (encantado de saber opiniones en contra o a favor).

Colombia, mi país, es muy difícil establecer un ideario natural de estos territorios. Acabamos de salir de las fauces de un presidente vesánico y chapulinesco como Álvaro Uribe Vélez. Un hombre frío, calculador que se mostró como el Mesías; un sagaz manipulador y cautivante pícaro. Al mismo tiempo, en ocho años de gobierno (el primero mucho mejor que el segundo) no expuso un interés en ser parte de una integración de Latinoamérica, de construir una identidad propia, sus discursos en ningún momento se vislumbro una idea cercana, todo lo contrario, el basamento de sus estabilidad en el poder consistió en el discusión agresiva, insultante e hiriente con los países colindantes. No obstante, lo comprendo y le tengo lastima por eso, puesto que su intelectividad no le daba para más, sino para insultar y agredir, esas eran las más profundas reflexiones que su mente-en toda su capacidad- podía procesar.

Ahora retomare el camino de esta discusión, pues no quiero cometer una digresión, seria de mal gusto y una descortesía.

Pensar Latinoamérica, es entrar en un entorno de redes complejas de procesos históricos, políticos, sociales, culturales inconclusos y tergiversados. En consecuencia, se tiene que repensar Latinoamérica, cómo dijo muy bien Waldo Ansaldi “los intelectuales debemos antes hacer oír nuestra voz para que la historia”, agregando lo que comenta el periodista uruguayo Héctor Valle cuando comenta que “el desconocimiento de la historia de la misma (Latinoamérica) es tan dañino como inhabilitante para promover un pensamiento que pueda conllevar una comprensión cabal del presente para mejor ver el porvenir de nuestros pueblos”.

Entonces debe existir una profunda meditación histórica, un regreso al pasado desde un punto de vista totalmente negativo, es decir, desde una anulación de credibilidad a lo que se ha enseñado, colocar dentro de un paréntesis todas las ideas que tenemos como propias.

Reconocer también la realidad de las que nos habla la concepción heideggeriana que expresamos al principio del artículo en que “lo que más requiere de pensarse en nuestro tiempo problemático es el hecho de que nosotros no pensamos todavía”, pero esto no quiere decir que no pensamos, sino que estamos “siempre en camino hacia el pensar”. Este pensar abarca la mayoría de las relaciones dentro de la estructura de una realidad planteada de la cual ya somos sujetos, sobre todo en su compocisión ética especialmente en el periodismo

Tomas Eloy Martínez opina que “el periodismo encuentra su sistema actual de representación y la verdad de su lenguaje en el momento en que se impone una nueva ética. Según esa ética, el periodista no es un agente pasivo que observa la realidad y la comunica; no es una mera polea de transmisión entre las fuentes y el lector sino, ante todo, una voz a través de la cual se puede pensar la realidad, reconocer las emociones y las tensiones secretas de la realidad, entender el por qué y el para qué y el cómo de las cosas con el deslumbramiento de quien las está viendo por primera vez.” Adicionando que “siempre que las sociedades han estado a punto de cambiar de piel, los primeros síntomas de ese cambio han aparecido en la cultura.”

Estos cambios deben ser originados desde una actitud de cambio, en la que no se debe conocer para modificar, sino modificar para conocer.

Andrés Bello comentaría que la “la América no ha sacudido aun sus cadenas; se arrastra sobre nuestras huellas con los ojos vendados; no respira en sus obras un pensamiento propio, nada original, nada característico; remeda las formas de nuestra filosofía, y no se apropia su espíritu… Aspirad a la independencia del pensamiento… Esa es la primera filosofía que debemos aprender de la Europa.” Lo dijo, Andrés Bello, en la ciudad de Santiago de Chile, allá por el año de 1848. Ante todo, sostengo yo, debemos eliminar los grilletes de la historia, entre ellos el catolicismo (tema de otro artículo) y el fantasma de una independencia fantasmagórica, irritante e inexacta.

Como dijo mi amigo Héctor Valle siguiendo en su última línea a Eloy Martínez Ah, yo creo que debemos visitar nuestra historia a fin de entender mejor nuestro presente activo y entendernos mejor a nosotros mismos, y coincido plenamente con Eloy Martínez en que la primera tarea nuestra es de regeneración moral para luego ir en pos de la integración”.

lunes, 17 de enero de 2011

BARRANQUILLA EN EL ESPECTRO DE LO PAGANO


Foto tomada por Juan Garizabalo.

La edificación de la historia de Barranquilla es un potentado de partes contradictorias que en para muchos es un constructo mágico conformado por un tridente racial que son la europea, la africana y la indígena, tres razas que determinan lo que somos como ciudad, como cultura, como barranquillero.
Ese determinismo poblacional de esta Barranquilla es sin duda la cultura. La cultura barranquillera es el rasgo social más importante que poseen los habitantes, es lo valioso de la existencia killera y caribeña.
Empero, que es esta cultura barranquillera tan florida, colorida, festiva e inusualmente atrayente por nuestros sentidos, que son los inicios de esta fuerza cultural de la ciudad. Respondo eso con una palabra sencilla y que sería el representamen de lo que nos determina culturalmente, lo pagano.
Hay que reconocer que el espectro cultural de Barranquilla parte desde su espectro pagano. Todo lo que nos enorgullece es producto seminal de nuestra historia pagana.
Sin embargo aclaremos que el paganismo no tiene que ver con vivir en bacanales y borracheras, como en el culto de Dionisios en la decadencia del imperio griego.
El paganismo barranquillero es un sí a la vida, es el reconocimiento a Dios como el gran sí de todas las cosas (Nietzsche, el anticristo).
No es imperativo creer en los dioses escandinavos de la antigüedad, implica buscar tras la religión la maquinaria mental donde se produce, el universo interior que refleja la forma de concebir el mundo (De Benoist, paganismo).
Los valores de este paganismo caribeño no pueden separar lo bueno de lo bello, como todo paganismo, pues lo bueno es las formas más acabadas del mundo (De Benoist, paganismo). El arte es la forma más alta por la cual se pueden representar a los dioses y la realidad, para el barranquillero el arte es una forma de establecer vínculos con la realidad y lo que pertenece a ellos, El arte es el vehículo para la eternidad.
El valor del pueblo o de un hombre se mide por su poder de poner sobre su experiencia el sello de la eternidad (Nietzsche). Esta experiencia barranquillera es un producto de ese deseo de ser perenne y de dejar estelas que no se borrara, por ejemplo, el Carnaval de Barranquilla.
Para el paganismo hay una religiosidad cósmica, que es vigente es nuestras expresiones como integrantes de todo el mundo Caribe y barranquillero, la idea de la vida no muere jamás, se renueva sin cesar, la historia se puede regenerar a sí misma, que hay una eterna solidaridad dialéctica entre la vida y la muerte, entre el comienzo y el fin, entre el hombre y Dios (De Benoist, Paganismo).
El espectro pagano de barranquilla, tiene una gran atención al Ser teniendo en cuenta sus raíces, este paganismo la persona es inseparable de su raza y de su familia, actividad recurrente y sobresaliente de lo que es ser barranquillero y caribeño, no hay nada que agreda más a un barranquillero que el insulto a su familia y a su cultura, pues no se puede separar de ella, la existencia de nosotros como seres, de pende de la existencia y el reconocimiento de nuestras raíces y nuestra historia.
El paganismo representa una libertad soñada, anhelada la cual se traduce en la búsqueda de ser dios o de tener la oportunidad de tener control de lo que se hace, es un rechazo a los paraísos y los infiernos, en la medida que todo lo que es grande y fuerte es concebido como el hombre como sobre humano, como extraño a sí mismo, el hombre se empequeñecía y repartía entre dos aspectos: uno detestable y débil, otro fuerte y sorprendente. A la primera esfera se le llama hombre y a la segunda se le llama dios (Nietzsche).
Nuestra esencia es indudablemente pagana, por eso somos diferentes, porqué aunque no lo crean seguimos manteniendo una estrecha relación entre lo pagano y nuestra existencia.
Nuestra vida cultural radica en ser libre, ser salvajes, ser paganos (De Benoist, Paganismo).